sábado, 27 de septiembre de 2008

Camino

Tus cabellos lacios como el camino largo.
Los árboles van pasando por mi ventana;
crónica del viento silbante y del cielo
/ oscurecente.

Y nos vamos alejando. En las pistas anchas,
en los buses viejos y en el deseo inmanente
del destino.

Pero no alumbran ya las luces de este lugar.
No alumbran nada, como mis ojos
buscando las tres marías de tu cintura.
Por eso aquí seguimos. En la tierra extraña,
con los paisajes extraños, desconocido para todos,
busco regresar a tus cabellos lacios;
A tus muslos blancos y generosos
A tu vientre hermoso
A tus ojos grandes y pardos
junto con tus lagrimas y tu farfullo.
Pero seremos fuego desbordante muy pronto,
conquistadores de una tierra ajena,
colonizados proclamando un pedazo
/ de la alegría.

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