viernes, 28 de agosto de 2009

perdidos

Los Andes. cordilleras que reflejan el interior de todo y nada en un mismo lugar, en un mismo espacio nuestro
queriendo vivir luchando, agonizando
sobre el mismo ambiente
sobre el mismo territorio des-organizado de nuestro mundo caótico
interior.

Cada vez que cruces los Andes mira tambien los cruces de nuestros propios cuerpos
y date cuenta que ambos son tan grandes y tan pobres como este mismo país,
que es tan facil para cualquiera perderse entre las mismas sombras,
entre las mismas luces y las mismas tinieblas de esas montañas tan altas y hermosas.

Nuestros cuerpos son tambien cordilleras perdiendose dia a dia,
extenuadas luego de los miles de recorridos que les damos con las manos y con las miradas. Se pierden en el tiempo que tambien perdemos.

Somos nieves blancas sin inicio ni final, destinados a desaparecer
por culpa de nuestras propios y estúpidos actos humanos. Cada vez que te veo reflejada en esas mismas cordileras blancas y negras, me siento tan perdido como cuando camino en medio de los valles con esas rocas destrozadas por el frio,
destrozadas por el calor,
que proviene a veces
de nustros propios cuerpos.

Me gusta pensar que de vez en cuando, estamos perdidos
y que de vez en cuando somos casi
como el mismo paisaje, encontrándonos día a día en nuestro recuerdo.

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