miércoles, 12 de agosto de 2009

dicotomias

ya me embriagué con las pastillas que nunca me abandonaron.
volví a ti buscando vidas fuera de la mia.
las sensaciones no agregaron pensamientos fuera de tu piel,
y tus pechos siguen tan hermosos junto a tus ojos.

¿porqué me abandonaste?
¿que no sabías que te quería tanto,
que cada sendero en el que caminaste no te olvida
que cada una de las montañas que anduvimos juntos
aun te espera?

te pediría hasta que vuelvas, te diría que tu-yo te-me perdones.
pero cada pastilla ingerida pedía ser la única
en el cuerpo de su propio cuerpo que también fue el tuyo,
e cada latido de mi corazón pudriénose en la misma
y eterna sobredosis -latiendo lentamente mis manos.

nunca nos liberamos nada a besos,
ni las más grandes serpientes enroscadas sobre nosotros
pudo evitar que los lunares de tu cara y de tus piernas
que los hermosos vellos de tus piernas naturales
que los más rizados vellos púbicos castaños de
tu vientre se queden mas tiempo en este mismo hemisferio que dejaste.

hijo de tus montañas.
fui tu todo en la mitad de la nada,
fui tu nada ahora que lo tienes todo
todo menos a mi, ausencia entrañable de tu piel
de tu yo-interior
de mi yo-interior al tuyo
de nosotros dos ubicados en las más alejadas
rutas del mundo,
en nuestra puta dialéctica del espacio contradictorio,
dividido como siempre
norte-sur, este-oeste,
tu, y predeciblemente,
yo.

1 comentario:

Encargo dijo...

Me da tanta tristeza, y exhala tanto amor ,cada palabra dada a ese... tu poema.(Y)