jueves, 4 de febrero de 2010

Clave de sol

historia:
Cruzó el umbral de los gestos más hermosos,
miró los detalles más profundos de tus miradas
observó en tus manos cada movimiento abierto
y cerrado,
entró a un rincón del corazón más grande del mundo
(corazones de animales y seres humanos como nosotros)
y extrañó tanto poder haber
compartido la misma música hermosa de tus labios,
la misma escala armónica de tus palabras
la misma disonante,
y se lamentó no permanecer sentado por siempre y cerca
a esa partitura tan única,
a tu eterna y también a tu
clave de sol.

entonces ni los pájaros más rápidos pudieron alcanzarlo,
ni las nubes más oscuras
ni la noche que nos cubre en este mismo momento
en este preciso instante
pudo esconder las palabras de él mismo.
pensó, recordó, se entristeció levemente,
y el pensamiento no es más
que un campo olvidado de lugares
y personas que ya no están.

(Confesión)
Nunca tuve un gato tan hermoso que me mirara aún sin mirarme,
con sus bigotes tan enormes sobresaliendo del mismo campo
de su imagen congelada.

Tuve una perrita hermosa llamada Caissa,
diosa y musa del ajedréz de mi infancia;
entonces, yo tenía diez años
y el amor, representado simplemente
estar al lado
de ella, mi linda Caissa.
Era solitaria,
y un día simplemente desapareció y se fue
de mi.

Acaso confesé que me abruma el calor y la humedad
de mi casa, de mi hogar y de mi país?
salí tan rápido esta noche de la tierra fría
que al llegar a casa solo tuve tiempo
para recordarte, para extrañarte.

(Ahora hablaré de dos personas juntas)
No éramos guerreros, ni tu ni yo, pero
nuestras armas eran solo para el combate
para repeler los ataques más nefastos del mismo
y podrido sistema de la confederación estúpida,
de la censura establecida dentro de nosotros mismos.
Nuestras armas eran duras y furiosas
podían escupir fuego y tragarse al mismo dios en persona
en cuerpo de barro y carne,
al diablo rojo del infierno;
nuestras armas eran las más peligrosas evidencias de nosotros mismos
pero solo quieren funcionar
cuando te miro a los ojos.

debe ser ese el motivo por el cual estamos tan
desprotegidos de nuestros besos y nuestras palabras,
desprotegidos del amor y de la guerra,
pero alertados por la inminente llegada de la misma
soledad,
alejados por un mar de tierra
y una tierra sin mar,

¿sabes cuando fuimos felices?
cuando nos miramos a los ojos perdidos abrumados por el mundo,
cuando un susurro se acercó a nuestros oídos
tan sordos de nosotros mismos,

a nuestros sentidos,
a nuestros sentidos,
a nuestros
alejados,
sentidos y latidos.

Clave de sol, que suenas imparable en mis tímpanos abiertos,
te mueves de un lado a otro con el ritmo,
como una bandera de música
como una melodía de otro tiempo,
de otro espacio,
de otra dinámica dialéctica
de otro principio contradictorio,
de otra oportunidad desperdiciada
de levantar a los pueblos que viven en nosotros mismos,
de hacer la revolución con nuestras mentes y nuestros
cuerpos alejados.

(fin)

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