sabado por la noche
terminal de buses de Bogotá
puerta 1, siete y media con destino a Popayán
suroccidente colombiano, camino a mi hogar y al tuyo
a mi mente y a tu cuerpo.
en mis paisajes
nunca habrán repeticiones de estas carreteras
y cordilleras verdes
no sé si el rumbo sea el correcto estando lejos de ti
confieso:
también te ceo en cada esquina de mi paisaje tropical
lejos de la nieve blanca
de tu hemisferio
lejos de tu cielo blanco
y más cerca de mi oscura
carretera de neblinas,
recuerdos de tus ojos azules.
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A partir de este momento
y de la movilidad permanente de mi espacio
te declaro mi eterna compañía
el pedazo de algo
convertido en un todo
dentro mío,
la parte quintaesencial
de mi vida,
el motivo, razón y circunstancia
de mis viajes,
declaro tus ojos las principales
razones de mi mundo
para seguir soñlando con esperanza que es posible ser parte de ti.
te declaro parte de mi cida
y te libero de la tristeza
y te libero
de mi.
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En momentos como hoy sé
que he aprendido a quererte de una forma
muy parecida
a la de los delfines.
nado solo en busca de
lo esencial de la supervivencia
el elemento necesario para ir en busca de ti.
he aprendido a quererte de
una manera particular:
no te veo, pero te veo
nos estas cerca, pero estas conmigo
tu cuerpo la tortura suave
tu boca, la bahía
donde quiere encallar mi lengua,
donde quieren naufragar
mis dos ojos tuyos.
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Son recién las dos de la mañana
mientras atraviezo el páramo;
tu deberias estar iniciando tu mañana y un nuevo día
y el deseo de verte se hace
tan fuerte.
los páramos son fríos y oscuros
a estas alturas de la vida
a estas alturas de mi noche
tu mañana es blanca,
y me es difícil creer que
no te veré aún al terminar mi viaje
el viaje es permanente,
la búsqueda de ti.
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