sábado, 16 de enero de 2010

poemas encontrados

estaba solo en este lugar. solo y tanta gente alrededor.
no pude hacer nada. el reloj sonaba regularmente haciendo más largo mi tiempo
haciendo más estáticos mis movimientos
muriendo lentamente
matandome lentamente
despacio, disfrutándolo de una manera tan tranquila
sin poder respirar tu sudor,
sin ver el bello de tu pubis.

estoy cansado, aquí tan lejos. sentado sobre un banco de madera y yo,
mendigo eterno de tu cuerpo,
el padre de las criaturas de tu vientre,
no pued obuscarte en este valle de lágrimas
en esta laguna de angustias en donde vivo,
en este preciso momento
en este preciso instante
perdido entre tanta miseria y esperanzas
que se nos van
que se nos van.
(Huamanga)

te esperé tanto tiempo
bajo la luz de mi único farol encendido
bajo la sombra de mi techo precario y nocturno
bajo las sábanas de las camas perdidas y solitarias
te esperé todo este tiempo
solo para verte y nada más
pero te veo
pero te toco
se me acaba el tiempo de esperarte
las puertas se cierran junto con nuestras ventanas y los espejos rotos
junto al vapor de neustros cuerpos
quemándose,
junto al misterio de tu voz, de mi desesperado silencio.
(Bogotá)

¿por qué mi cuerpo, mi frío, el calor que emano responde al estímulo de tu presencia cercana,
por qué tu respondes al estímulo de mi tacto,
por qué ambos, tan extraños, tan diferentes
respondemos mutuamente al instinto casi perfecto de estar juntos?
(idem)

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